Sin responder,
sin comentar,
sin un drama existencial,
sin dolor,
sin nubes,
sin opiniones,
sin referendums,
sin democracia...
¡Maldita sea!
¡No quiero respuestas!
Las preguntas provocan,
causan vacíos,
discuten,
proveen alimento,
crecimiento,
dan a luz,
regalan peleas,
roban lágrimas,
derrochan carcajadas.
Las preguntas llenan, las respuestas agotan la magia...
Hoy pregunto...
¿Dónde estás?
.
4 comentarios:
Con el mismo ánimo que le das a las preguntas en tu post, yo pregunto: Quién sos?
¿a dónde vas?
No preguntes lo que no querés saber, o peor aún, lo que ya sabés...
gran creacion, felicidades pasare por aqui mas seguido!
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